martes, 10 de febrero de 2009

Rumbo a Jupiter 3010

Hablar de futbol puede ser interesante pero a la vez perjudicial para la salud, dependiendo esto de qué cosas hables acerca de, cómo lo hagas y sobre qué tipo de futbol opines. En nuestro país (Perú) se practica un deporte similar al futbol, pero que al parecer ha ido deformándose hasta convertirse en "jutbol peruano". Es muy similar al futbol que todos conocemos con sutiles diferencias no muy perceptibles desde una óptica perdedora, ilusionista o masoquista.

En el futbol actual se habla de colectivo, de la idea de equipo, de la idea de juego plasmada en el accionar del equipo como un conjunto sobre un campo de juego. En el jutbol peruano, se destaca a la figura, al jugador diferente, al jugador pendejo. Es decir, se le da mas importancia a aquel pelotero triste que aparentemente tiene más calle, más barrio, y que es la esperanza que nos puede salvar en el futuro. O tambien de aquel jugador que pudo ser, que casi fue estrella, que si no hubiera sido por indisciplinado hubiera sido el mejor 10 del mundo. Se habla además del jugador referente que no es más que un viejo fracasado que no ha logrado nada importante en su carrera, que gusta de la mala vida, que no cuida su imagen, que alguna vez jugó en el extranjero y que es famoso por haber hecho un gol bonito en el pico más alto de su carrera. Aquí hay que hacer una salvedad y destacar a algunos "referentes" que si lograron algo importante para el país llamese "Bazalar", "Ibañez", entre otros. El otro es el jugador diferente, un término al parecer inventado por periodistas creativos y que se usa para designar a aquel pelotero que tiene un juego vistoso, que joga bonito, que pone los pases gol, que es el bacan del equipo, el más más del partido. Es muy fácil ser "jugador diferente" en un país plagado de malos jugadores, basta ser un poco habilidoso con el balón, haber jugado en segunda o tercera en su país de origen si es extranjero o tener un buen empresario.

El futbol mundial es un negocio, es una empresa que busca ganar dinero y satisfacer la necesidad de la fanaticada que lo sigue. En el Perú el futbol se maneja como un chofer maneja su combi, es decir, a lo que salga. No es profesional, se permite no pagarle a los jugadores y jugar, se le quitan cupos a la copa a equipos chicos haciendoles jugar una liguilla, entre otras perlas. Dicen que alguna vez fuimos un equipazo, y a mi me huele a cuento chino aquella historia. Y es que al repasar esas hazañas siempre terminan en un "y casi ganamos", " y casi pasamos a la siguiente ronda", " y eso sera para otro programa porque es otra historia....aqui en cronicas del balon". Desde que tengo memoria siempre vi a mi seleccion perder, sufrir y empatar, jugar como siempre y perder por "una desconcentración", ganar con las justas y ser al otro día los mejores del mundo, perder y ser los peores del mundo. Y creo, tomando una idea prestada de un comentarista peruano, que el futbol peruano se jodió cuando se profesionalizó en el mundo y en el Perú se siguió tratando a la criollada, al estilo combi, a lo que salga ps varon.

Ya nadie nos respeta, siempre es la misma historia, jugamos bien un tiempo y luego viene un pelotazo por arriba y gooooool, otra vez perdimos por una desconcentración. Y es que ya he perdido la cuenta de cuántas veces he visto esa misma película. Y al finalizar el partido, el floro que nos venden es el mismo, los jugadores siempre declaran las mismas cosas, al parecer no saben otro discurso. ¿De quién será la culpa? Es fácil culpar a los dirigentes, pero yo creo que la culpa es de todos hasta de los aficionados a este extraño deporte. ¿Un dirigente puede tener la culpa de que un jugador esté frente al arco de Ecuador y no pueda meterla porque no sabe patear con la derecha? Quizás eso debió aprender en las divisiones menores y bla bla bla entonces el dirigente tiene la culpa. Quizás. Pero si en el mundo globalizado hablar dos idiomas es esencial, a estos peloteros se les debería exigir patear con las dos piernas al menos de una manera básica.

Y a pesar que perdemos la gente acude a los estadios y se emociona con cada jugada y con cada gol. Creo que ser fanático del jutbol peruano es casi como ser idiota, son sinónimos, es algo así como ser un retrasado mental y no darse cuenta que practicamos otro deporte que es una mezcla de fulbito en pista con fulbito de mano. Es fulbito en pista, porque uno puede jugar en la posición donde falte uno, o puede subir y bajar, jugar por derecha o izquierda, total lo importante es meterla al otro lado, y esto es lo que algunos entrenadores no entienden y por ello colocan a jugadores en otras posiciones. Es fulbito de mano, porque ahí no se permite marcar a presión ni quitarle el balón al adversario, solamente nos queda esperar que el otro no sea mejor para no perder.

Sin embargo a pesar de todo esto la gente sigue vibrando con un partido de jutbol. A veces pienso que sucede esto porque el jutbol es lo más cercano a una guerra. Es una batalla cuerpo a cuerpo, con estrategias, armas, reglas y otros elementos que los hacen similares y que por ello perder ante un clásico rival es equivalente a haber perdido una guerra, a una humillación internacional y quizás eso explique que la gente siga creyendo en este pseudo deporte. O quizás es aquel espíritu autodestructivo que tenemos algunos, que nos gusta sufrir ante un partido, y que encima vemos la repetición y escuchamos los comentarios quizás con la esperanza de encontrar una solución a nuestra desgracia.

Algún día iremos a un mundial, algún día será costumbre ganar, algún día daremos la vuelta olímpica en una libertadores, algún día seremos héroes o villanos pero ganadores, algún día cantaremos el himno con todo el pulmón...

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